Defensa y Justicia sigue haciendo historia.
Una historia de éxitos humildes (comparados a los “grandes” del futbol
argentino) pero importantes. Esta vez, por primera vez en su historia, el
Halcón de Varela le ganó a Boca Juniors en una mítica Bombonera, colmada.
Philippe Alcoy
El equipo Xeneize ya es casi campeón de la
Superliga. Aunque esto es futbol, el deporte de la imprevisibilidad. Pero por
más que sea el deporte de la imprevisibilidad, una victoria del humilde Halcón
de Varela, equipo históricamente de barrio y de potrero, en plena Bombonera
repleta, contra un Boca puntero, parecía casi improbable, imposible.
“Para
ser campeón hoy hay que ganar”, coreaba la hinchada Xeneize. Eran los once
de Varela contra todos. Todo el estadio en contra. Hinchada visitante, sigue no
habiendo. Pero si la historia, el peso mediático y financiero son importantes,
no son simplemente esas cosas que hacen ganar un partido. Está el juego y la
moral. Y ser “pequeño” cuando uno tiene que enfrentarse a un “gigante”, a veces
se transforma en una ventaja y una fuente de coraje, orgullo y moral.
El Halcón venía de una seguidilla muy
complicada. Tuvo que enfrentarse por la Copa Sudamericana al América de Cali en
Colombia y revertir un resultado adverso. Lo logró. Luego se enfrentó con el
difícil Talleres en Córdoba. Y cayó. Luego vino River de local en Varela.
Empezó ganando pero perdió. Y ahora estaba Boca, antes de enfrentar a Racing, a
Independiente, a Rosario Central y a Newlls. Un final de campeonato para hundir
a cualquier equipo humilde.
Pero Defensa no fue a la Bombonera a ser
figurante. Fue a ser protagonista y con mucha personalidad. Es así que a los
cuatro minutos de juego nomas empezaba a ganar. Recuperación en el fondo,
corrida impresionante de Nahuel Molina que le manda un pase bárbaro a Nico
Fernandez. Desesperación de los dos defensores que lo corren, uno lanza un
manotazo de ahogado desde el piso, intenta sacarle la pelota; era penal pero el
árbitro deja seguir y el “Uva” habilita al “Cuqui” Márquez que controla de
derecha y la manda a guardar de zurda, abajo, inatajable. Delicioso
contraataque del Halcón, golazo. Los de Varela arriba desde tempranito, como contra
River la fecha anterior; la misma fórmula del gol: Fernández – Cuqui.
Boca se iba a venir. Y a mediados del primer
tiempo llega el empate. Después de un centro de Pavón, Bou cabecea, la pelota
da en Gissi, desubica a Unsain y gol del Xeneize. Los fantasmas del partido
ante River se asomaban. Más aun en ese marco impresionante.
En el segundo tiempo, Boca puso a Defensa
literalmente en un arco. Tuvo varias claras en las que una combinación de malas
definiciones y buenas atajadas de Unsain le permitieron al Halcón mantener el
empata.
Pero a los 30 minutos del ST iba a llegar un
error garrafal del defensor de Boca, Magallán. Intenta mandar un pase hacia el
centro pero el balón queda corto y el Cuqui Márquez lo intercepta. Una corrida
fabulosa. Encara al arquero y la clava en un ángulo. Golazo de Defensa y
Justicia. El Halcón se vuelve a poner arriba. Explosión en el banco de
suplentes.
En la Bombonera, sin público visitante, solo
ese banco de suplentes gritaba el gol, los relatores de los medios nacionales y
partidarios del Halcón también. La amargura de un partido sin visitantes. Sin
dudas la gente de Varela hubiera podido tapar los cánticos de los hinchas
xeneizes con su grito de gol.
Pero el partido no se terminaba y Boca se iba
a venir con todo. El Halcón resistió. Acalambrados varios jugadores; un
desgaste físico enorme. Pero también una personalidad y una garra admirables. ¡Qué
se vengan! Boca era más voluntad que ideas y el humilde Defensa y Justicia
aguantó hasta el minuto 49 del ST.
Final del partido, estallido en el banco,
locura en Varela, en las cabinas de los medios partidarios. Defensa y Justicia logró
otra hazaña en plena Bombonera. ¡Histórico! Le ganó a Boca por primera vez en
su historia. La alegría de un pueblo humilde realizando un humilde sueño:
ganarle a este gigante del futbol argentino.
Para Boca y su gente, ganarle al “pequeño”
Defensa y Justicia hubiera sido lo “normal”. Si hubieran ganado, habría sido
una alegría de sábado a la noche, y no mucho más. Pero para Defensa y Justicia
y su gente ganarle a Boca es enorme. No es cualquier cosa, no es cualquier
victoria. Menos contra un Boca que viene puntero y holgado. Para la hinchada
varelense, después de las hazañas contra el São Paulo, el América de Cali, esta
victoria contra Boca representa una alegría inmensa.
Boca era el único de los equipos llamados “grandes”
a los que el Halcón no había podido ganarle. Ahora es tiempo que Boca venga de
una vez por todas a jugar al “Matadero”, que vengan a Varela, que hagan ese “camino
largo” del que tanto se quejaba, de forma impresentable, el “Muñeco” Gallardo.
Toda la hinchada varelense lo quiere y preparará sin ninguna duda un excelente
recibimiento al equipo Xeneize.
Ahora vienen otros partidos decisivos y muy
importantes para el Halcón en su objetivo difícil pero no imposible de
clasificarse a una copa internacional. Mientras tanto, la hinchada varelense
sigue festejando, reviviendo una y otra vez esas imágenes; agradeciéndole a los
jugadores, al Cuqui Márquez que viene afiladísimo y con mucha personalidad ante
los “grandes”; deseándole la mejor recuperación al “Uva” Fernández que sufrió un
esguince de rodilla.
Y para terminar podríamos retomar las
palabras de Mariano Bareiro al final del encuentro. Cuando la periodista le dijo
“vienen de River, hoy Boca, se vienen los
dos de Avellaneda, después los dos de Rosario… tranquilo el fixture…”,
Bareiro lanzó: “Si, falta el Real Madrid
y el Barcelona y cerramos el torneo”. Y si, que vengan más y más para que
el Halcón siga haciendo historia.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire