12.5.15

Exministro justifica abuso sexual de menores centroafricanos por tropas francesas


Philippe Alcoy


Un cuadro de Christiaen van Couwenbergh de 1632 llamado Le viol de la négresse (La violación de la Negra) representa dos colonos franceses a punto de violar una mujer negra. Varios siglos más tarde esta práctica aberrante por parte del imperialismo francés parece tener completa actualidad.

Así lo demostró el escándalo sobre abusos sexuales a menores por parte de tropas francesas en la República Centroafricana revelado hace algunos días. Pero no es todo. Las agresiones sexuales y otros actos delictivos por parte de miembros del ejército francés son tolerados, encubiertos y justificados por el personal político y las instituciones imperialistas francesas e internacionales como la ONU.

Este mismo personal político francés ya había demostrados su bajeza y su desprecio de clase cuando varios de sus representantes habían intentado relativizar e incluso plantear sobre la veracidad de la agresión sexual de Dominique Strauss-Kahn contra la empleada de limpieza Nafissatou Diallo del Sofitel de New York.

En aquel entonces el ex ministro Jack Lang había considerado que el tratamiento de la justicia norteamericana con DSK era exagerado ya que “nadie había muerto”. Esta vez es otro ex ministro de “izquierda”, Jean-Pierre Chevènement, que sale a relativizar y justificar las violaciones de menores centroafricanos por parte de soldados franceses.

En una entrevista a una radio francesa este domingo 3 de mayo, Chevènement declaraba: “está claro que el hecho de encontrarse en contacto con una población infeliz, abandonada puede favorecer comportamientos de este tipo [acoso sexual]”.

Cuando una periodista lo interrumpió abruptamente diciéndole que “sea cual sea el contexto, por más oscuro que sea (…) se debe ser implacable ante lo que pasó”, Chevènement respondió planteando dudas sobre la realidad de los hechos mismos: “primeros los hechos deben ser reconocidos, verificados (…) es una indiscreción que originó todo esto [un empleado de la ONU transmitió ilegalmente el caso a la justicia francesa]…”.

Estas declaraciones indignantes, manifestación del total desprecio de los pueblos sometidos a las intervenciones militares del imperialismo francés, tienen un claro objetivo: “lavarle la cara” al Ejercito. Es así que Chevènement osa agregar: “dejemos al Ejercito por fuera de todo esto porque el Ejercito francés rinde muchos servicios; éste cumple con mucho profesionalismo las tareas que le son exigidas”. ¡Una provocación total!

Pero no es el único en tener tales declaraciones. Así el actual ministro de la Defensa, Jean-Yves Le Drian, declaró: “si por casualidad uno de ellos [los soldados] cometió tales actos, que se denuncie (…) Si alguien ensució la bandera, porque es de eso que se trata, debe decirlo inmediatamente, porque eso sería traicionar a sus camaradas, a la imagen de Francia y a la misión del Ejército”.

Estas palabras agregan al cinismo la hipocresía desvergonzada. El ministro de la Defensa y Hollande mismo estaban al tanto del caso desde hacía nueve meses. Y hasta presente nada había sido hecho para “elucidar” lo ocurrido. La investigación ni siquiera avanzó. Y hoy vienen a decirnos que nadie tuvo la intención de ocular nada.

Todo esto demuestra no solo el desprecio y la arrogancia de la casta política francesa hacia los pueblos oprimidos por el imperialismo, sino también y sobre todo su decadencia y su mediocridad. La violación de niños y mujeres no es un hecho nuevo para el imperialismo francés. Francia fue una de las potencias coloniales más brutales. Los crímenes contra las poblaciones locales son indisociables de su política exterior de opresión y de expoliación.

En este sentido es una tarea internacionalista central para la clase trabajadora de Francia exigir el retiro inmediato de las tropas francesas de África y otras regiones del mundo. Hoy más que nunca las clases populares deben retomar la consigna: ¡tropas francesas fuera de África!

7/5/2015.

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