Philippe
Alcoy
Fuente: Izquierda Diario
Un
cuadro de Christiaen van Couwenbergh de 1632 llamado Le viol de la négresse (La
violación de la Negra) representa dos colonos franceses a punto de violar una
mujer negra. Varios siglos más tarde esta práctica aberrante por parte del
imperialismo francés parece tener completa actualidad.
Así lo demostró el escándalo
sobre abusos sexuales a menores por parte de tropas francesas en la República
Centroafricana revelado hace algunos días. Pero no es todo. Las agresiones
sexuales y otros actos delictivos por parte de miembros del ejército francés
son tolerados, encubiertos y justificados por el personal político y las
instituciones imperialistas francesas e internacionales como la ONU.
Este mismo personal político francés ya había demostrados su bajeza y su
desprecio de clase cuando varios de sus representantes habían intentado
relativizar e incluso plantear sobre la veracidad de la agresión sexual de
Dominique Strauss-Kahn contra la empleada de limpieza Nafissatou Diallo del
Sofitel de New York.
En aquel entonces el ex ministro Jack Lang había considerado que el
tratamiento de la justicia norteamericana con DSK era exagerado ya que “nadie
había muerto”. Esta vez es otro ex ministro de “izquierda”, Jean-Pierre
Chevènement, que sale a relativizar y justificar las violaciones de menores
centroafricanos por parte de soldados franceses.
En una entrevista a
una radio francesa este domingo 3 de mayo, Chevènement declaraba: “está
claro que el hecho de encontrarse en contacto con una población infeliz,
abandonada puede favorecer comportamientos de este tipo [acoso sexual]”.
Cuando una periodista lo interrumpió abruptamente diciéndole que “sea cual
sea el contexto, por más oscuro que sea (…) se debe ser implacable ante lo que
pasó”, Chevènement respondió planteando dudas sobre la realidad de los hechos
mismos: “primeros los hechos deben ser reconocidos, verificados (…) es una indiscreción
que originó todo esto [un empleado de la ONU transmitió ilegalmente el caso a
la justicia francesa]…”.
Estas declaraciones indignantes, manifestación del total desprecio de los
pueblos sometidos a las intervenciones militares del imperialismo francés,
tienen un claro objetivo: “lavarle la cara” al Ejercito. Es así que Chevènement
osa agregar: “dejemos al Ejercito por fuera de todo esto porque el Ejercito
francés rinde muchos servicios; éste cumple con mucho profesionalismo las
tareas que le son exigidas”. ¡Una provocación total!
Pero no es el único en tener tales declaraciones. Así el actual ministro de
la Defensa, Jean-Yves Le Drian, declaró: “si por casualidad uno de ellos [los
soldados] cometió tales actos, que se denuncie (…) Si alguien ensució la
bandera, porque es de eso que se trata, debe decirlo inmediatamente, porque eso
sería traicionar a sus camaradas, a la imagen de Francia y a la misión del
Ejército”.
Estas palabras agregan al cinismo la hipocresía desvergonzada. El ministro
de la Defensa y Hollande mismo estaban al tanto del caso desde hacía nueve
meses. Y hasta presente nada había sido hecho para “elucidar” lo ocurrido. La
investigación ni siquiera avanzó. Y hoy vienen a decirnos que nadie tuvo la
intención de ocular nada.
Todo esto demuestra no solo el desprecio y la arrogancia de la casta
política francesa hacia los pueblos oprimidos por el imperialismo, sino también
y sobre todo su decadencia y su mediocridad. La violación de niños y mujeres no
es un hecho nuevo para el imperialismo francés. Francia fue una de las
potencias coloniales más brutales. Los crímenes contra las poblaciones locales
son indisociables de su política exterior de opresión y de expoliación.
En este sentido es una tarea internacionalista central para la clase trabajadora
de Francia exigir el retiro inmediato de las tropas francesas de África y otras
regiones del mundo. Hoy más que nunca las clases populares deben retomar la
consigna: ¡tropas francesas fuera de África!
7/5/2015.
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