Fuente: LVO N° 382
El próximo sábado 21 de agosto se cumplen 70 años del asesinato de  León Trotsky por un sicario de Stalin. Este aniversario llega en un  nuevo momento de agudización de la crisis capitalista mundial que afecta  la producción, el comercio y las finanzas mundiales amenazando con una  retracción mayor.
Europa se ha convertido en el epicentro de este nuevo episodio de la  crisis. Desde Grecia a España, Portugal o Italia, país por país, en  medio de un enorme endeudamiento y déficits fiscales, los planes de  ajuste se suceden buscando imponer a los trabajadores, los costos de la  crisis y el precio de los “salvatajes” de los gobiernos a los bancos y  transnacionales. Las instituciones y analistas del gran capital aún no  han terminado de ensalzar la recuperación en Estados Unidos y China,  cuando ya se hacen sentir síntomas de “desaceleración” de la misma,  ratificando el carácter estructural e histórico que tiene la crisis.
Al mismo tiempo, el empantanamiento de las “guerras de Obama” en  Afganistán y todo el Medio Oriente, que acaba de llevar a la caída del  principal jefe militar norteamericano en el área, expone las  contradicciones con que choca Estados Unidos en sus intentos de detener  su declinación como potencia hegemónica y evitar que la crisis provoque  un mayor “desorden mundial”. Pero si la crisis económica desestabiliza  las relaciones interestatales y a los regímenes políticos, está  provocando también nuevos fenómenos en la lucha de clases. Así, también  comienza a extenderse la resistencia de los trabajadores en todo el  mundo, desde las huelgas generales en Grecia, los paros en el Estado  Español, en Francia y otros países europeos, a los alentadores síntomas  del despertar de ese coloso que es el proletariado de Asia oriental, con  las oleadas de huelgas en China, en Bangladesh y otras naciones del  sudeste asiático.
Por supuesto, la mentirosa afirmación de que América latina quedaría  al margen de la crisis mientras el resto de la economía planetaria entra  en convulsión no resiste el menor análisis. De hecho, mientras aún las  economías de la región crecen y los capitalistas nacionales y  extranjeros amasan jugosos beneficios, ya han comenzado a contestar con  dureza a cualquier reclamo o lucha obrera -desde los electricistas  mexicanos a los no docentes de San Pablo-, y atacar al salario, el  empleo, la educación y la salud de las masas, mientras el imperialismo  norteamericano busca reafirmar su dominio semicolonial alentando a la  reacción interna, como muestran el golpe de Honduras; y con un mayor  despliegue militar, desde las bases  en Colombia, el desembarco en Haití  y los nuevos “ejercicios conjuntos” en las costas de Costa Rica.
La inconsistencia de los proyectos políticos del nacionalismo y el  populismo al estilo de Chávez y Venezuela en América latina, la estafa  del “trabalhismo” de Lula en Brasil y la actuación de los gobiernos  socialdemócratas de Zapatero y Papandreou en Europa, aplicando los  “ajustes” al servicio del gran capital, ponen de manifiesto que frente  al programa capitalista de descargar la crisis sobre las espaldas de los  trabajadores y los pueblos oprimidos, la única alternativa es oponer un  programa obrero para que la crisis la paguen sus responsables.
Y esto es inseparable de la lucha por la independencia política y  organizativa del movimiento obrero y de masas respecto a la burguesía,  sus partidos y gobiernos.
Mientras la crisis en marcha empieza a actualizar las condiciones de  nuestra época, como de crisis, guerras y revoluciones, plantea un enorme  desafío histórico: la clase obrera mundial, es hoy una fuerza social  inmensa con un colosal potencial revolucionario pero tras décadas de  derrotas bajo el neoliberalismo y la restauración capitalista en el  Este, ha retrocedido mucho en su organización y conciencia de clase.   Para hacer frente a las tareas revolucionarias de este nuevo período  histórico, necesitará avanzar al calor de la lucha de clases en su  recomposición política, ideológica y organizativa, para poder imponer  con el poder de los trabajadores una salida socialista a las  convulsiones del capitalismo en decadencia.
En esta perspectiva estratégica, cobran toda su fuerza y vigencia las  tareas que podemos sintetizar así: agrupar en torno al programa obrero a  la vanguardia de los trabajadores, y avanzar en la reconstrucción de la  Cuarta Internacional, como el partido mundial de la revolución  socialista, con sus secciones nacionales, a través de la fusión entre lo  más avanzado del movimiento obrero y el programa del marxismo  revolucionario, sintetizado en el cuerpo teórico, político y  metodológico que Trotsky y sus compañeros sintetizaron al fundar la  Cuarta Internacional en 1938.
Hacia la VII Conferencia de la FraccionTrotskista - Cuarta Internacional
Para discutir la situación mundial y sus perspectivas, los problemas y desafíos que enfrenta la clase obrera y las tareas de los revolucionarios, es que este año realizaremos la VII Conferencia de nuestra corriente, la Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional. La misma se efectuará en Buenos Aires, al igual que en 2009 y años anteriores, en sus sesiones y en base a documentos sobre los distintos aspectos de la situación mundial, las contradicciones entre la restauración burguesa y las tareas del proletariado, la coyuntura latinoamericana y la situación europea.
Varias de las delegaciones esperadas vienen de participar en  importantes experiencias de la lucha de clases en sus países.
La delegación de Francia, militantes y dirigentes obreros que llaman a  construir  una tendencia para la lucha de clases y revolucionaria,  recuperando el programa de la IV Internacional, en el seno del NPA. Los  camaradas de Clase Contra Clase en el Estado español están apoyando las  luchas de los trabajadores del metro de Madrid y los primeros pasos de  la resistencia obrera al programa de ajuste del “socialista” Zapatero.  Desde Europa vendrán también delegados de Alemania e Inglaterra.
La delegación de la LER-QI de Brasil, con dirigentes y activistas de  la gran huelga de 57 días de los trabajadores no docentes de la USP,  cuyo sindicato, el Sintusp, es considerado con justicia el más combativo  de Brasil. También participarán delegados de nuestros grupos hermanos  en Bolivia, que vienen de participar en la “rebelión fabril” por el  salario y contra las medidas antiobreras de Evo Morales, de Chile,  Venezuela, México, Costa Rica y compañeros de Uruguay.
Los delegados del PTS, que reflejarán los esfuerzos  en la teoría, la  política y la intervención sindical de nuestra corriente, insertándose  en la vanguardia obrera en varias de las más avanzadas experiencia de  lucha y organización de los trabajadores en los últimos años, desde  Kraft-Terrabusi y otras fábricas de la industria, a Zanon, de  trabajadores estatales y docentes, a los ajeros de Mendoza, así como en  decenas de universidades y colegios.
Como cierre de la conferencia, nos proponemos hacer un gran acto  público internacionalista, donde se puedan expresar estas experiencias  llamando a redoblar el combate por un programa obrero y socialista  frente a la crisis del capital y por la reconstrucción de la Cuarta  Internacional.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire