Se
acabó la ilusión en Varela. Racing es campeón. Pero el equipo de
Sebastián Beccacece se fue ovacionado por la multitud que colmó el Tito
Tomaghello. Y no era para menos.
Al comienzo del campeonato, quién hubiera imaginado que el humilde Defensa y Justicia llegaría a disputarle la Superliga argentina a un club histórico como Racing.
La ilusión siempre está en los hinchas evidentemente. Y ésta fue muy
grande cuando se anunció que Sebastián Beccacece, luego de su paso por
la Selección, volvía a la institución varelense. “Que de la mano de
Beccacece todos la vuelta vamos a dar”, se oyó desde el primer día. Un
canto de ilusión y de arenga, sin ninguna duda pensando más en la Copa Sudamericana que en la liga local.
Pero los partidos fueron pasando, y el equipo se iba afirmando,
jugando lindo, “enamorando” poco a poco a sus hinchas primero, a ajenos
luego. Y la Copa Sudamericana se escapaba… por el VAR. Ese equipo ya “olía a campeón”, a logro importante. Pero eso casi sólo los hinchas del Halcón lo pensaban sinceramente.
Pero después vinieron más y más partidos de la Superliga. Y el humilde Halcón
de Varela sumaba y sumaba, no perdía. Un invicto que se mantendría
hasta la fecha 20 cuando a pesar de darle un inolvidable baile a Boca en Varela, Defensa caería 1 a 0. Pero antes de eso Defensa y Justicia se daba el lujo de ganarle a River y a Independiente en sus canchas, y a San Lorenzo con el último suspiro.
¿Varela bobsleigh team?
A esa altura, el juego y la posición de Defensa y Justicia en
la tabla desorbitaban los ojos de más de uno. Y hacía volar por las
nubes las ilusiones de sus hinchas. Esa hinchada golpeadísima por la
crisis económica, por la precariedad de una de las ciudades más pobres
del conurbano. Una hinchada que a pesar de esas dificultades, hacía un
esfuerzo importante para llenar las tribunas, alentar al equipo,
disfrutar un lapso de tiempo que le permitía evadirse un poco de los
problemas cotidianos. Una hinchada fiel (como muchas otras, es verdad),
históricamente acostumbrada a mas sufrimientos que a glorias; sin
exitismos. Y por esta misma razón muy agradecida a jugadores y cuerpo
técnico.
Este Defensa y Justicia, en esa posición, con ese juego,
sorprendía, despertaba admiración y emocionaba. Era un “intruso”
(molesto incluso) en este fútbol de gastos millonarios. Este Defensa y Justicia era tan intruso como el equipo jamaiquino de bobsleigh (deporte olímpico de invierno en el que se compite con trineos, N de R) en la célebre película Jamaica bajo cero. Como el “equipo rasta caribeño” en ese deporte de invierno tan europeo, el humilde Halcón de Varela se imponía en el paisaje deportivo llamando la atención, creando curiosidad y mucha simpatía incluso. ¿Qué hincha de Defensa
no recibió en algún momento mensajes o llamadas de conocidos que hacía
mucho no veía o hablaba para discutir de lo “loco” que era ver al Halcón ahí arriba? Situaciones surrealistas, como el ya mencionado partido ante Boca en donde el “equipo chico” parecía el Xeneize que fue a Varela a defenderse tratando de rescatar un mísero puntito.
¿Qué pasa con Bragarnik?
Pero tanta exposición mediática vino con comentarios delirantes y muy
“mala leche”. Así asistimos a la ya (tristemente) célebre frase “¿qué
pasa con Bragarnik la c**** de mi madre?” del desubicado Pedro Troglio
en pleno partido ante su ex equipo Gimnasia de La Plata. A partir de ahí surgieron intrigas increíbles sobre las supuestas “ayudas” a Defensa y Justicia
por sus (supuestas) “conexiones en la AFA” o “la plata de Bragarnik”
(empresario representante de jugadores y técnicos que tiene un acuerdo
con Defensa desde hace varios años). Estas intrigas llegaron a su colmo cuando el “Chacho” Coudet increíblemente salió a declarar que Racing era el “equipo grande pero no el poderoso”, insinuando que Defensa y Justicia sería un equipo poderoso…
Más allá de lo delirante e insólito (al límite de la falta de respeto para jugadores, cuerpo técnico e hinchas del Halcón),
lo que estas “chicanas” expresan es más profundo: la ideología
reaccionaria neoliberal que se instaló en el fútbol (reflejo de la
ideología general en la sociedad) según la cual los humildes solo pueden
lograr cosas grandes con “ayuditas”, con “arreglos” y con “trampas”.
La relación de dependencia de Defensa y Justicia con los
jugadores y técnicos representados por el empresario Bragarnik plantea y
va a plantear otros problemas si el club no logra encontrar nuevas vías
de desarrollo y adquisición de jugadores. Pero eso es otro asunto que
no puede servir para elevar “sospechas” ridículas y delirantes ante uno
de los clubes con el más bajo presupuesto de toda la Superliga.
Ilusión rota pero mucha gloria
Sí, la ilusión de salir campeones de la Primera División del futbol argentino se terminó, por el momento, para la hinchada del Halcón.
Pero eso era un gran lujo que nos supimos dar, algo impensado hace solo
algunos años. El gran objetivo de esta temporada era la clasificación
histórica a la Copa Libertadores, lo que se logró. Como el equipo de bobsleigh jamaiquino, Defensa
no pudo alcanzar la meta máxima, a pesar de su gran performance. Un
equipo reducido en número de jugadores, varias lesiones graves, algunos
fallos arbitrales que lo perjudicaron; todo esto lo limitó como ese
fallo técnico que hizo descarrilar al bobsleigh jamaiquino en la
película. Pero como los jamaiquinos, los jugadores (y toda la hinchada
del Halcón) terminaron de pie y aplaudidos, ovacionados. Pronto
habrá revancha, no hay dudas. Pero lo que estos jugadores nos hicieron
soñar en esto últimos meses no tiene nombre y no alcanzan las palabras
para agradecerles tantas alegrías.
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