Sorpresivamente, cuando dirigencia e hinchas
del Halcón de Varela pensaban que el cuerpo técnico dirigido por Juan Pablo
Vojvoda se quedaría para la próxima campaña, éste renunció para asumir en
Talleres de Córdoba. Desilusión y bronca de la hinchada varelense pero también un
duro golpe de realidad que demuestra que Defensa y Justicia, pese a excelentes
campañas, aun no está completamente afianzado en Primera División.
Philippe Alcoy
Mucho se podrá decir sobre la ida de Juan Pablo
Vojvoda de Defensa y Justicia. Lo cierto es que una vez más el Halcón de Varela
no pudo retener a un cuerpo técnico que logró una campaña excelente, resultados
remarcables, gran juego y mucho trabajo y sacrificio. No caben dudas que, una
vez que la desilusión y la bronca pasen, el agradecimiento a ese cuerpo técnico
por parte de la hinchada varelense será unánime.
Nos podremos preguntar, y con razón, si la actitud
del técnico fue correcta; si la actitud del club cordobés fue
"ética". Las opiniones serán variadas inevitablemente. Y por más que
muchas sean contradictorias, seguramente muchas tendrán algo de verdad.
Pero la cuestión aquí va más lejos. Defensa y
Justicia es un club humilde. De esto ningún hincha debería olvidarse. Para
valorar los logros que el club obtuvo y está obteniendo. Para no agrandarse. No
"escupir para arriba". Para no olvidarse que a Defensa todo le cuesta
más y que nadie le regala nada.
Cada año el equipo se desarma y pierde piezas
claves. Los préstamos que se terminan; los que pertenecen al club pero son pretendidos
por otros clubes más importantes. En Defensa, a pesar de lo que diga la prensa
hoy en día, no hay continuidad. O tal vez una continuidad relativa. La
dirigencia busca "una idea de juego". Pero es incapaz de retener
jugadores.
En esas condiciones, ¿por qué se quedaría Vojvoda?
¿Cómo resistiría a una oferta interesante y prometedora? ¿Por "el amor a
la camiseta"? ¿Qué jugador, hoy en día se queda por "el amor a la
camiseta"? No caben dudas de que hay jugadores que "se enamoran"
del Defe. Pero el futbol es plata. Y muchas veces por más que quieran no pueden
quedarse. Por cuestiones económicas o legales. Business is business…
Vojvoda vio jugadores claves irse, uno tras
otro. Y las perspectivas de que los mejores de su equipo se queden son, en muchos
casos, remotas. Y por el momento no viene nadie. Vojvoda hizo un campeonato
espectacular. Clasificó al club a la próxima ronda de la Copa Sudamericana y de
la Copa Argentina. Perspectivas hay. Pero ¿con qué equipo? Vojvoda podría
haberse quedado igual y pelearla. Convencer jugadores. Pero decidió irse ante
una oferta mejor. Gracias y chau.
Pero todo esto indica sobre todo que Defensa y
Justicia no es un equipo que aun esté afianzado en Primera División. El Halcón se
ganó el respeto de todos y demostró que se merece su lugar en Primera. Pero aun
no es un club que atrae jugadores y técnicos. El proyecto y la idea son
interesantes pero es visto como un club que no tiene (aun) los medios (financieros)
y la "autoridad" para llevarlos a cabo. Defensa y Justicia es aun un
club "frágil" en Primera.
Es nuestra realidad. Hay que asumirla. Con
orgullo de ser un club humilde que consigue logros "a lo grande"; que
se gana el respeto nacional e internacionalmente; que impone que lo respeten.
Todo cuesta más, es verdad. A no agrandarse, sin ninguna duda. Pero ¿a quién le
caben dudas que la hinchada humilde del Halcón se la va a bancar, que va a
acompañar al equipo (sea cual sea su composición, sean cuales sean los nombres)?
En un futbol de negociados y de búsqueda de "dinero
fácil" es muy difícil ir a contracorriente de esas reglas económicas impuestas.
Pero difícil no significa imposible. No son las gerenciadoras que buscan hacer
negocios que podrán ayudar a contrarrestar esa tendencia. Son parte del
problema en cierto modo. Para luchar por un futbol auténtico, en donde los
valores de juego colectivo y de solidaridad, un juego comprometido con la
belleza del espectáculo pero también con la realidad cotidiana de su hinchada popular,
hace falta mucho mas. Hace falta un proyecto político e institucional diferente.
En la guerra como en el deporte, los medios económicos
son importantes pero la moral es determinante. Esto es central para un equipo
humilde como Defensa y Justicia y tantos otros. El ejemplo de la
"democracia Corinthiana" en Brasil podría ser una fuente de inspiracion.
Ese equipo gigante del país vecino, en los años 80', se declaraba en lucha
abierta por la democracia y contra la dictadura. Entre otras cosas, todo el
mundo (desde jugadores hasta empleados del club) tenía derecho a opinar sobre
cuestiones deportivas e institucionales. Fue el "proceso democrático"
más importante en un club de futbol latinoamericano de las últimas décadas. Y en
esos años ganó todo. Y no por el dinero, sino porque jugadores, cuerpo técnico,
empleados e hinchas sabían porqué jugaban, con moral.
En Defensa y Justicia difícilmente
conseguiremos dinero. Habrá que buscar esa moral combativa que se encontrará
sin ninguna duda en esa hinchada popular y humilde.
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