10.9.09

Entrevista a Raul Godoy

- Después de ocho años de control obrero y de durísima lucha se logró la expropiación, pero ¿cómo era la fabrica hasta el año 2001? ¿Tenía una tradición especial de lucha?

- En Zanon no había prácticamente tradición de lucha. Fue fundada en 1980 bajo la dictadura militar y desde el principio hubo un control férreo de la disciplina y persecución a los trabajadores. Con la caída de la dictadura se organiza el sindicato, intervenido por la burocracia sindical. Posteriormente sucedieron conducciones reformistas, que siempre estuvieron adaptados a la patronal.

- ¿Por qué empezaron las protestas en el año 2001?

- En realidad en el 2001 estalla una situación que venía de antes. En nuestro caso recuperamos nuestra Comisión Interna de manos de la burocracia. Desde allí, comenzamos a frenar los despidos, las suspensiones y a participar de los paros generales que convocaban las centrales sindicales y nosotros le dábamos nuestra propia dinámica y nuestro propio programa. En el 2000 recuperamos nuestro sindicato, y comenzamos a llevar adelante distintos tipos de reclamos. Pero en el 2001 estalló la economía argentina, con una caída del PBI brutal provocando el cierre de miles de fábricas, millones de desocupados, la confiscación de los ahorros a miles de pequeños ahorristas. Esto provocó verdaderas jornadas revolucionarias que voltearon al gobierno de De la Rua y dio origen a distintos movimientos de lucha. Los trabajadores desocupados agrupados en distintas organizaciones, las asambleas populares en las grandes concentraciones urbanas, y las fabricas ocupadas, luego recuperadas, o en el caso nuestro la ocupación ante los despidos o intentos de cierres.

- ¿Cómo se pasó de la ocupación de la fábrica a la producción bajo control obrero?

- Fue un proceso duro. Varios de nosotros estábamos absolutamente convencidos de lo que teníamos que hacer. Pero para la mayoría de los trabajadores era un desafío demasiado grande. Era violar la propiedad privada, correr el riesgo de la represión, de los procesamientos legales, que efectivamente tuvimos, etc. Nuestra posición fue entonces hacer la experiencia y respetar los tiempos de la mayoría de los compañeros. Pasamos 5 meses en carpas afuera y adentro de la fábrica. Pero ese tiempo no lo esperamos sentados. Armamos comisiones de trabajo. Comisión de prensa y difusión, comisión de solidaridad donde incorporamos compañeros y compañeras solidarias de distintas organizaciones, comisión de seguridad, que luego se transformó en las guardias de la fábrica, y organizaba la autodefensa. La comisión de mujeres, integrada por trabajadoras, esposas, madres, hijas de trabajadores ceramistas, y varias más. Esto genero una militancia obrera espectacular y comenzaron a probarse los cuadros militantes que luego serian la base para organizar el Control Obrero.

- ¿Y cómo funcionó la fabrica sin patrones desde entonces?

- En primer lugar, como desde el principio con democracia obrera directa. La fábrica se organizó en una especie de Consejo Obrero. Con un representante por sector, elegido por sus compañeros con mandato revocable, y luego dos o tres coordinadores generales que vota una asamblea general. Se hacen reuniones periódicas de coordinadores, y para la toma de decisiones Asambleas generales. Una vez por mes, se hace una Asamblea general, que llamamos “jornada”, donde todos rendimos cuenta y votamos las orientaciones generales. En lo económico, en la producción, en la política, en lo social, etc. Existe plena libertad de opinión y de tendencias. Y se toman las resoluciones por mayoría y minoría.

- ¿Participó también el personal técnico o administrativo en la ocupación?

- Poco. Administrativos, nadie. Solo algunos compañeros técnicos. Y dos supervisores, que se sumaron antes de la crisis grande.

- ¿Cómo se cambió el sindicato en el curso de estas protestas?

- En realidad nuestro sindicato ante la crisis radicalizó su programa. Profundizamos nuestra política que claramente tenia bases clasistas. Cuando refundamos nuestro sindicato planteamos que construíamos un sindicato clasista y militante. Peleamos por la unidad de las filas obreras. Por el pase a planta permanente de todos los compañeros contratados o precarizados, luchamos por igual trabajo igual salario, etc. Ante la crisis capitalista actual, profundizamos nuestro programa, diciendo que la crisis la pague la patronal, ante el planteo de crisis de la empresa exigimos la apertura de los libros de contabilidad de los últimos años, y si los empresarios planteaban que no pueden seguir, pues que se vayan y los trabajadores la ponemos a funcionar bajo Gestión Obrera, etc.

- ¿Cómo respondió la población de Neuquén a la ocupación?

- Muy bien. La población comprendió que nuestra lucha era legítima. Toda la militancia de meses para difundir nuestra lucha, con las comisiones de prensa, de mujeres, con los volantes, boletines, con el trabajo del Fondo de Huelga pidiendo colaboración y explicando el conflicto. Nuestras intervenciones en la universidad, con las agrupaciones de izquierda, etc. Esto sumado a que durante nuestra lucha, siempre levantamos las demandas del conjunto de los trabajadores y el pueblo pobre, las demandas democráticas, etc., provocaron un movimiento enorme de solidaridad. Además siempre hemos sostenido que la fábrica es de la comunidad obrera y popular neuquina y hemos realizado una enorme cantidad de donaciones para hospitales, escuelas y casas de personas sin vivienda que ha soldado la alianza con los sectores populares y otros trabajadores.

- Ustedes colaboraron con el movimiento de trabajadores desocupados, los piqueteros. ¿Cómo funcionó?

- Fue una alianza revolucionaria. Tuvo un potencial enorme. Porque unificó, aunque solo a sectores de vanguardia, a los que los gobiernos, la patronal y la burocracia sindical dividen permanentemente. En Neuquén, por iniciativa del Sindicato ceramista pusimos en pie la Coordinadora Regional del Alto Valle, que agrupaba obreros ceramistas, desocupados de varias tendencias, trabajadores de la salud pública, maestros y maestras, estudiantes y partidos de izquierda. Fue muy importante, no solo la unidad en las acciones, sino en un pliego único de reclamos, en un programa. Esto se transformo luego en que los primeros puestos de trabajo que se crearon en Zanon fueran ocupados por compañeros de distintas tendencias de organizaciones piqueteras.

- ¿Y también hubo colaboración con los pueblos indígenas de la región?

- Si, efectivamente. Allí quedó demostrado como nos relacionamos los trabajadores, no con la lógica de la explotación, sino con sentido social, respetando los derechos de los pueblos originarios, levantando sus demandas de reconocimiento, sus peleas contra las empresas petroleras, etc. Cuando nosotros sufrimos el boicot de la mayoría de los empresarios y no nos vendían materia prima para la fabricación de cerámicos, el Pueblo Mapuche a través de su Confederación, se acerco a la fábrica y puso a disposición sus tierras, sus arcillas, para que podamos trabajar. Hoy hay una línea de cerámicos que se llama Mapuche y los cerámicos llevan los nombres de sus líderes más combativos.

- En los años 2001-2002 había cientos de fábricas ocupadas en Argentina ¿Que hicieron los obreros de Zanon en el marco de este movimiento?

- Trabajamos en forma permanente para lograr la coordinación de cada lugar de trabajo recuperado y en lucha. Viajamos por todo el país, visitamos cada fábrica y logramos en varias oportunidades reuniones nacionales muy importantes. Pero también el gobierno, a través del Estado, de funcionarios, de “operadores” trató de cooptar a su manera ese incipiente movimiento Desde Zanon lanzamos la consigna de “si tocan a uno tocan a todos” haciendo un llamado a todas las organizaciones que mas allá de las diferencia que podíamos tener en evaluaciones, tácticas y proyectos teníamos que ponernos de acuerdo en un par de ejes. La defensa incondicional de cada lugar ocupado y-o recuperado ante cualquier intento de desalojo o represión, y por otro lado la pelea por una ley nacional de expropiación que le diera legalidad a todas las gestiones obreras

- Apenas quedan "empresas recuperadas" en Argentina ¿Por qué sobrevivió Zanon, mientras muchas otras empresas fallaron?

- Los motivos fueron varios. Hubo una política muy fuerte del gobierno para pasivizar el fenómeno militante. Condicionando ayuda en “cuenta gotas “a cambio de no salir de su fábrica. A este trabajo se sumaron organizaciones, otrora militantes que luego fueron oficialistas, kirchneristas del ex presidente argentino (este proceso se vivió también en las organizaciones piqueteras, asamblearias, sindicatos hasta organismos de Derechos Humanos). En el caso nuestro, siempre fuimos una Gestión Obrera militante, que nos manejamos con independencia de clase. Nuestra política siempre fue buscar la coordinación con otras fábricas, con otros sectores en lucha. Entendiendo que ninguna Gestión Obrera puede funcionar bien, cuando existen millones de desocupados, o trabajadores con sueldos miserables y en el marco del mercado capitalista y por ende la competencia de las grandes empresas que a diferencia de nosotros gozan de enormes cantidades de capital. Por eso siempre luchamos por la estatización bajo control obrero y la expropiación de la fábrica, lo que luego de más 8 años de lucha logramos a través de su votación por la Cámara legislativa de Neuquén.

- Vos sos obrero de Zanon y dirigente del sindicato ceramista, pero también militante del partido trotskista Partido de Trabajadores por el Socialismo (PTS, sección argentina de la FT-CI) ¿Cuál fue el rol del PTS en esta lucha?

- Fue fundamental. Muchas luchas se pierden por falta de perspectivas o falta de estrategia. Fue fundamental partir de la experiencia histórica plantear la apertura de los libros de contabilidad, plantear la forma de trabajo de democracia directa, libertad de tendencias. La ocupación de la fábrica, la expropiación. Es decir, el programa, las perspectivas y por otro lado la militancia para difundir nuestra lucha en todo el país. Instalarlo en distintos sectores obreros, en las universidades de todo el país, colaborando en la difusión en el fondo de huelga, etc. Nuestra Gestión Obrera no nace de cero. Partimos de procesos de lucha de triunfos y derrotas de muchas generaciones que dieron su vida por la causa obrera.

- En los últimos meses hemos visto tomas de fábricas en distintos países, normalmente sólo por unos días - pero en algún caso hay hasta secuestro de los patrones. ¿Que muestra el ejemplo de Zanon para estas tomas?

- Es una muy buena noticia el hecho que trabajadores radicalicen sus métodos de lucha en los comienzos de una nueva crisis histórica del capitalismo. En épocas de crisis las patronales y los gobiernos lo hacen. Radicalizan de tal forma sus consignas que se transforman en millones de desocupados, de hambrientos, de despidos, de suspensiones. De persecución y represión a los que luchamos, se radicaliza en forma de guerras, de intervenciones militares como lo han hecho en Afganistán, en Irak, o contra el pueblo palestino. Esto será cada vez más moneda corriente. Por eso los trabajadores tenemos que radicalizar nuestras respuestas porque se nos va la vida en ello. Pero sobre todo tenemos que radicalizar nuestras alternativas. A veces se puede ser radical en los métodos y muy reformista en la salida. No me refiero a los compañeros y compañeras que en forma espontánea responden al ataque de las patronales, sino a las organizaciones que tienen responsabilidad de generar alternativas. En este sentido radicalizar nuestra respuesta debería ser exigir que la crisis la paguen los capitalistas en forma concreta. Apertura de los libros para que los trabajadores y el pueblo sepan las ganancias de estos empresarios de los últimos 5 años. Fabrica que cierra o despide masivamente que se expropie y se ponga a funcionar al servicio de la comunidad. Esto para empezar. También la exigencia de plan de obras públicas que genere las viviendas para miles de familias sin techo, es decir que tenemos que decir basta a los planes de salvataje de las empresas que no son otra cosa que garantizarles las ganancias a los capitalistas

- Ustedes dicen "si podemos manejar una fabrica, podemos manejar un país". ¿Qué significado tiene en el contexto de la crisis capitalista?

- Justamente tiene que ver con lo último que te decía. El capitalismo está podrido, pero no caerá solo. Simplemente y solo no se va a esfumar. Hay que terminar con él. Todo lo que tiene para ofrecer es más miseria y barbarie. Los trabajadores y quienes nos proponemos pelear contra la explotación del hombre por el hombre, quienes defendemos los derechos obreros y populares tenemos que tener una alternativa. Desde ese punto de vista, opino que nuestra lucha, nuestra Gestión Obrera que lleva más de 8 años, es una pequeña muestra del potencial de nuestra clase, y que SI se puede hacer. Es un pequeño laboratorio de lo que podemos generar los trabajadores. Durante años desde el poder nos han hecho creer que solo tenemos que resignarnos a pelear por migajas. Que no teníamos alternativas. Han sembrado en el escepticismo al punto que muchas organizaciones de izquierda o radicales rebajaban sus programas, sus objetivos, y los trabajadores estuvimos muy golpeados y a la defensiva. Esta nueva crisis es un gran riesgo desde el punto de vista de que puede provocar efectos terribles en nuestras condiciones de vida. Pero a la vez es una gran oportunidad de carácter histórica para nuestra clase y de los que luchamos contra este sistema capitalista

- Seguro que cundo se decidió ocupar la fabrica en 2001, vos no esperaste seguir más de ocho años dentro. ¿Pero qué esperas en los próximos años para Zanon?
Estos años de lucha reafirmaron todas mis convicciones militantes. Hace 15 años que trabajo en esta fábrica y pude ver la evolución de mis compañeros. Partir de una apatía generalizada. Un corporativismo terrible. Un “sálvese quien pueda” un individualismo enorme. Pero por sobre todas las cosas mucho escepticismo. Venir de años así, y por los golpes de la patronal permanente, llenos de traiciones etc, cuando las condiciones cambiaron cambio el humor, cambio el ánimo, cambio la moral y estos mismos trabajadores que parecían ovejas, realizaron una gesta que hasta hoy tiene carácter histórico. Para que esto fuera así fue necesario que alguno de nosotros pregonara, propagandizara, peleara en cada asamblea en cada conversación una estrategia revolucionaria. Al principio los obreros no la entendían, la desechaban, pero al calor de la crisis y la lucha el programa, la estrategia fue tomando cuerpo y este destacamento de obreros dotados de un programa, tácticas y estrategias de varias generaciones de obreros en lucha, volvimos a recrearlas. Nos queda una tarea ardua. Necesitamos que otros sectores la tomen. Que se difundan, y para mí por sobre todas las cosas, necesitamos construir un estado mayor que retome con fuerza esta perspectiva en Argentina y a nivel mundial

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